miércoles, 24 de marzo de 2010

El milagro mexicano

Se puede decir a partir de 1940 México inicio una etapa llamada el milagro mexicano, esta etapa se caracterizó por ser de un crecimiento sostenido y fue el cambio hacia la formación de una nación moderna e industrializada.

se inicia la modernizacion del mexico rural al mexico moderno de fabrica carreteras puentes dejar aun lado la imagen del pasado provinciano pero la imagen de la costumbres y tradiciones no se abandonado ya que el cine la tomo y las espalmó en películas como Viva México pero también se mostró el cambio de imagen de lo rural a lo moderno muestra de esto Crecuspulo.
La segunda guerra mundial dio un gran estímulo al crecimiento de la economía mexicana. De 1940 a 1956 se da en México un período de crecimiento hacia afuera, basado en el dinamismo del sector primario. Ya que todo los materiales primarios y productos alimentarios de enviaba a la guerra por lo cual Estados Unidos compra a México los productos.

Esta política puede definirse como crecimiento sin desarrollo, ya que el número de industrias del país aumentó, pero sin la base sólida que es la libre competencia, que le permitiera desarrollarse económica mente. Durante el mandato de Ávila Camacho (1940-1946) se observó una notable estabilidad política y un crecimiento económico. Entre 1940 y 1945, el PIB creció a un ritmo de 7.3 por ciento, índice nunca antes alcanzado en la etapa postrevolucionaria.
Los regímenes presidenciales de Manuel Ávila Camacho y Miguel Alemán Valdés proporcionaron los medios para alentar el crecimiento económico, la consolidación del mercado interno y la inserción de México en la economía mundial. La actividad industrial registró un vigoroso crecimiento. La tasa de crecimiento del PIB (Producto Interno Bruto) alcanzó entre 1947 y 1952 un promedio anual del 5.7%, con un gran crecimiento en la producción de la energía eléctrica y el petróleo y también de la industria manufacturera y de construcción.
De 1956 a 1970 la economía mexicana gira ciento ochenta grados, creciendo hacia adentro, vía la sustitución de importaciones; es decir, México debía producir lo que consumía. La economía mexicana estuvo basada en el dinamismo del sector industrial, contrayendo la estabilidad de precios y ajustándose a los problemas productivos y financieros por los que pasó el país.
El crecimiento industrial en el período 1940 -1970 mantuvo un ritmo de crecimiento sostenido, aunque basado en un mercado cautivo que le proporcionaba la política proteccionista diseñada por el Estado, situación que trajo como consecuencia el desarrollo de empresas sin competitividad con el exterior, que les impidió consolidarse a través de la exportación hacia mercados extranjeros; condición que impediría la creación de una verdadera industrialización moderna e independiente que contribuyera el desarrollo social del México posrevolucionario.

LÁZARO CÁRDENAS DEL RÍO



LÁZARO CÁRDENAS DEL RÍO






Presidente de la

República Mexicana

del 1° de diciembre de 1934

al 30 de noviembre de 1940


El general Cárdenas nació en Jiquilpan, Michoacán el 21 de mayo de 1895. Estudió la primaria en su ciudad natal, a los 14 años entró a trabajar en la oficina recaudadora de rentas del estado y después pasó como aprendiz a una imprenta. En 1911 murió su padre; el propietario de la imprenta, Donaciano Carreón, fue a unirse a las fuerzas maderistas y dejó encargado del taller al joven Cárdenas. Cuando los revolucionarios llegaron a Jiquilpan en mayo de 1913 le dieron a Cárdenas el encargo de imprimir un manifiesto, el que cayó en poder de los soldados de Victoriano Huerta por lo que fue perseguido y destruido el taller.
Cárdenas resolvió huir para incorporarse a la Revolución, el 3 de julio, aunque al poco tiempo, después de una serie de combates, las fuezas con las que operaba fueron dispersadas y regresó a Jiquilpan donde estuvo escondido hasta la llegada de nuevos contingentes revolucionarios con los que asistió a las batallas de Orendáin y El Castillo. Avanzó después con las tropas constitucionalistas al mando del general Álvaro Obregón, hasta Teoloyucan, donde presenció la rendición del Ejército Federal. Tomó parte en la campaña contra los zapatistas que se encontraban en rebelión contra el gobierno constituido de don Venustiano Carranza. Estacionado su regimiento, que era el 22 de caballería, ascendió a mayor y se hizo cargo del destacamento.

En noviembre de 1914 salió para incorporarse a las fuerzas del general José María Maytorena en Sonora, pero al llegar a Cananea se dio cuenta que Maytorena se había sublevado en favor de Francisco Villa; logró sacar a su regimiento y marchar hacia Agua Prieta para incorporarse al general Plutarco Elías Calles, jefe de la guarnición leal al gobierno e intervino en toda la campaña contra los maytorenistas y villistas, mereciendo la estimación y amistad del general Calles que lo promovió al grado de teniente coronel. Actuó contra los indios yaquis que se hallaban sublevados y después marchó en la columna que combatió en Nayarit, Jalisco y Michoacán a los rebeldes villistas de Inés Chávez García. Cuando ocurrió el levantamiento de los aguaprietistas que desconocieron al presidente Carranza, el coronel Cárdenas se adhiirió a la rebelión en la Huasteca, aunque hizo detener y enviar preso a México a Rodolfo Herrero, responsable directo del asesinato de Carranza. El presidente interino de la República, don Adolfo de la Huerta, ascendió a Cárdenas al grado de general brigadier. Recibió éste el gobierno interino de Michoacán, cargo que desempeñó durante tres meses para entregarlo al general Francisco J. Mújica, que había resultado triunfante en las elecciones de septiembre de 1920.

Al estallar la revolución delahuertista en diciembre de 1923, el general Cárdenas fue enviado con su regimiento a tratar de expugnar las posiciones de los rebeldes al mando del general Enrique Estrada, pero fue herido y hecho prisionero en el combate de Palo Verde. Llevado a Guadalajara recibió atención médica y de allí se le envió a Colima. Cuando terminó la rebelión quedó en libertad y se incorporó al ejército. En 1925, como comandante de la guarnición de Tampico, empezó a conocer el problema que planteaban las compañías petroleras y resolvió intervenir en la política por lo que en 1928 lanzó su candidatura para el gobierno del estado de Michoacán. Ganó las elecciones y tomó posesión el primero de septiembre de 1928.

En marzo de 1929 estalló la rebelión de los generales José Gonzalo Escobar y Francisco R. Manzo y Cárdenas pidió permiso al Congreso local para incorporarse al ejército; se le dio el mando de una columna y cooperó en la pronta derrota de los sublevados. Recibió un millón de pesos para los gastos de la campaña y al términó de ésta reintegró setecientos mil pesos no empleados. Regresó a su cargo de gobernador, en el que llevó a cabo muchas obras de beneficio social. Tuvo que abandonar otra vez el Poder Ejecutivo de su estado, el 15 de octubre de 1930, para hacerse cargo de la presidencia del Partido Nacional Revolucionario y dirigir la campaña del ingeniero Pascual Ortíz Rubio, quien al resultar triufante y tomar posesión de la Presidencia lo nombró secretario de Gobernación.

Propuso que el general Plutarco Elías Calles fuese el secretario de Guerra y Marina en lugar del general Joaquín Amaro. De pronto el presidente Ortíz Rubio renunció el 4 de septiembre de 1932 y recibió provisionalmente el gobierno el general Abelardo L. Rodríguez quien nombró nuevo gabinete. Regresó Cárdenas al gobierno de Michoacán, cuando faltaba poco para terminar el periodo; al concluir volvió al servicio militar. Fue nombrado jefe de operaciones en Puebla y desúés secretario de Guerra y Marina, hasta el 15 de junio de 1933 en que aceptó la candidatura a la Presidencia de la República postulado por el PNR, que propuso el establecimiento de un plan sexenal por el cual el general Cárdenas sería el mandatario de 1934 a 1940. El 4 de julio de 1934 ocurrieron las elecciones, Cárdenas salió triunfante y tomó posesión del cargo vistiendo un simple traje de calle.

No quiso vivir en Chapultepec e hizo acondicionar un predio en el antiguo rancho de La Hormiga, donde fueron plantados muchos pinos, por lo que hoy a la residencia presidencial se le llama Los Pinos. En su primer gabinete quedaron incluidos muchos personajes de la plataforma callista, por recomendación del viejo caudillo y por cierta amistad que Cárdenas les tenía. El presidente, indiscutiblemente persona de buena fe y honesta, lo primero que dispuso fue clausurar las casas de juego como el Casino de la Selva en Cuernavaca y el Foreign Club en la zona del Estado de México inmediata al Distrito Federal. Ambos eran negocios propiedad de prominentes políticos callistas.

Desde un principio se ocupó en desarrollar un plan en favor de las clases trabajadoras, las que promovieron huelgas y disturbios en el país. El 3 de mayo de 1935 un grupo de periodistas y diputados del Bloque Nacional Revolucionario entrevistó al general Calles en su casa de campo de Cuernavaca, para pedirle su opinión sobre los acontecimientos. Calles hizo declaraciones duras contra la acción del gobierno y dijo que si seguían así las cosas el ejército tendría que resolver los problemas. El día 13 Cárdenas declaró que sostendría su política porque a la larga sería benéfica para la mayoría del país y haría más sólida la situación económica; que llevaría a cabo el programa trazado para el plan sexenal con el que aceptó su candidatura postulado por el Partido Nacional Revolucionario y que lo que le interesaba era tener la confianza de las organizaciones obreras y campesinas, sin importarle la opinión de los capitalistas.

El día 14 pidió la renuncia a todo el gabinete, para hacer a un lado a los callistas que no podían serle adictos. El 19 salió Calles hacia su finca El Tambor, en Sinaloa, para después ir a Los Ángeles a visitar a un médico. Entre tanto en México hubo violentas manifestaciones de las organizaciones obreras contra el "jefe máximo de la revolución", como llamaban al general Calles, quien regresó en diciembre probablemente con la idea de preparar un movimiento contra el gobierno, creyendo contar con el apoyo del ejército.

De pronto, el primero de abril de 1936 un grupo de oficiales se presentó en las primeras horas de la mañana en la granja Santa Bárbara donde estaba el general Calles, a quien le fue comunicada la orden de que tenía que salir del país en compañía de los señores Melchor Ortega, Luis L. León y Luis N. Morones. Un avión de la Fueza Aérea los esperaba en el aeropuerto y los pasajeros fueron apresuradamente arreglados para que pudieran entrar a los Estados Unidos. Calles regresó al país el 4 de mayo de 1941. El presidente Cárdenas, por este golpe de audacia, se deshizo del tutelaje callista.

Los diputados callistas fueron desaforados y los gobernadores de los estados de Tabasco, Guanajuato, Colima, Durango, Sinaloa, Sonora y Chiapas, desconocidos. Sin embargo, no se habia recurrido a la vilencia, al derramamiento de sangre. Tomás Garrido Cnabal, secretario de Agricultura, radical antirreligioso y muy callista, fue sustituido por el general Saturnino Cedillo, persona de poco criterio que después se dejó llevar y fue jefe de una rebelión sin sentido que fue fácilmente sofocada y él acrbillado. Con Cárdenas cesó por completo el problema religioso.

El gobierno de Cárdenas fue muy activo en materia educativa, creó muchas escuelas primarias a las que asistían casi dos millones de niños, las escuelas de hijos del personal del ejército, las regionales campesinas y otras instituciones de estudios y centros de investigación científica y tecnológica. Reunió bajo na sola dirección todos los plantees de enseñanza técnica e industrial y formó así el Instituto Politécnico Nacional. Fundó el Instituto Nacional de Antropología e Historia, la Escuela Nacional de Educación Física, el Consejo Técnico de Educación Agrícola; aumentó el subsidio a la Universidad Nacional y respetó su autonomía y fundó el Departamento de asuntos Indígenas.

En los primeros tres años fue aplicado el código agrario especialmente en la Comarca Lagunera y en Yucatán. El régimen cardenista, como ninguno, se ocupó en repartir tierras a los ejidatarios, al mismo tiempo que abría al cultivo nuevas tierras y creaba sistemas de irrigación muy amplios. El 28 de agosto de 1938 quedó constituida la Confederación Nacional Campesina, como una especie de organismo defensor de los intereses de los trabajadores del campo. Se crearon muchas instituciones de servicio como el Departamento de Turismo, el Departamento de Prensa (fallido), el Banco de Crédito Ejidal, el Tribunal Fiscal de la Federación y otras.

El 13 de junio de 1937 se nacionalizaron los ferrocarriles y el 18 de marzo de 1938, después de un conflicto de los obreros con las empresas, como éstas se negaron a acatar las disposiciones del gobierno el presidente Cárdenas procedió a expropiar los bienes de las compañías petroleras. Inglaterra hizo reclamaciones y México rompió relaciones con los ingleses. Estados Unidos propuso un arbitraje internacional y Cárdenas declaró que México no aceptaba intervención alguna en asuntos exclusivos de la soberanía nacional.

Como la condición económica no era del todo buena, el valor del peso mexicano que era de tres cincuenta por dólar llegó a ser de seis cincuenta. Dos meses después de la expropiación petrolera el general Saturnino Cedillo que había renunciado a la Secretaría de Agricultura se levantó en armas contra el gobierno, no se sabe hasta la fecha cuál fue el verdadero motivo, aunque se asegura que estuvo movido por la aristocracia, el clero y los intereses extranjeros. Cedillo fue rápidamente derrotado y muerto al tratar de defenderse. El general Cárdenas había ordenado que no se le dañara. Para relevar a la CROM de orígen prácticamente callista, en la dirección del sindicalismo obrero, se creó la CTM (Confederación de Trabajadores de México); en 1938 se expidió el estatuto jurídico para la protección de los empleados federales. Ese mismo año, el PNR fue reestructurado con el nombre de PRM (Partido de la Revolución Mexicana), formado por los sectores obrero, campesino, popular y militar.

En septiembre de 1939 nació el partido de oposición llamado Acción Nacional. El gobierno de Cárdenas expidió muchas leyes de contenido social, construyó doce presas y dejó en construcción otras tres. En el ámbito internacional, México apoyó a Etiopía cuando fue invadida por Italia y pidió se le impusieran sanciones al agresor, pero como esto no ocurrió el representante mexicano se retiró de la asamblea de la Liga de Naciones en protesta. Al estallar la guerra civil en España, Cárdenas autorizó la venta de armas al gobierno de la República y la apoyó firmemente; se recibieron a quinientos niños españoles víctimas de la guerra y después a muchas familias de refugiados republicanos, que en total fueron unos cuarenta mil. Reanudó relaciones con China y abrió legación en Rumania. Se recibió como exiliado a León Trotsky y a otros europeos e hispanoamericanos perseguidos políticos. México nunca tuvo relaciónes con el Estado Español jefaturado por Franco y le dio asilo al gobierno republicano español en el exilio. En 1939 el gobierno mexicano condenó la agresión de la URRS a Finlandia.

Ya para terminar el sexenio de Cárdenas presentaros su candidatura a la Presidencia de la República los generales Manuel Ávila Camacho y Juan Andrew Almazán. Ávila Camacho era el candidato del PRM y contó con el apoyo oficial. La campaña electoral fue muy dura y hasta se estuvo en peligro de trastornar el orden y la paz del país. Realizadas las elecciones resultó triunfante el general Ávila Camacho, quien recibió el poder el 1° de diciembvre de 1940.

Cárdenas regresó al servicio militar y cuando los japoneses atacaron a la flota norteamericana en el Pacífico, el mando superior del ejército Mexicano creó dos grandes regiones militares: la del Golfo que puso al mando del general Abelardo L. Rodríguez y la del Pacífico comandada por el general Cárdenas. Cuando México tuvo que entrar en la guerra, el 22 de mayo de 1942, el presidente Ávila Camacho nombró secretario de la Defensa Nacional al general Lázaro Cárdenas, quien desempeñó ese cargo hasta el 27 de agosto de 1945, una vez termnada la guerra.

Fue nombrado vocal ejecutivo de la Comisión de la Cuenca del Tepalcatepec y después de la Comisión del Río Balsas. En 1969 se le nombró presidente del consejo de administración de la siderúrgica de Las Truchas que hoy lleva su nombre. Murió en la ciudad e México, el 19 de octubre de 1970. Sus restos reposan en el Monumento a la Revolución que él mandó construir aprovechando la vieja estructura de lo que iba a ser el Palacio Legislativo
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La Utopia Cardenista

Lázaro cárdenas del Rió fue elegido candidato del PNR (el abuelo del PRI )para la presidencia de la Republica en 1933 impuesto claro por Plutarco elias Calles el cual tenia el poder realmente ya que controlaba a los tres manatarios que estuvieron después de la muerte de Àlvaro Obregòn de la que las malas lenguas aseguran que fue Calles que lo mando a matar por no soporta su presión para tener el poder, pero Calles hizo lo mismo controlo a Emilio Porte Gil, Pascual Ortis Rubio(optó por renunciar a la mitad de su cuatrienio) y Aberlardo R. Rodriguez (quien lo sustituyo).


Como protegido de Plutarco Elías Calles, el ya General Lázaro Cárdenas fue nombrado Gobernador de su natal Estado de Michoacán de 1928 a 1930, cargo al que renunció para ser Secretario de Gobernación durante la presidencia de Pascual Ortiz Rubio.

Realizo giras de campaña por todo el pais.
Cárdenas llegó a la presidencia de México el 1 de diciembre de 1934, donde ocuparía una buena parte de su tiempo en deshacerse de su antiguo protector político, Plutarco Elías Calles, que se había entronizado a sí mismo como el poder detrás de la silla presidencial, imponiendo secretarios y controlando al presidente, cosa que Cárdenas nunca aceptó y terminó desterrando a Calles en 1936 después de que éste hiciera declaraciones ante la prensa estadounidense, alertando que México se convertiría en un país comunista.

Durante su presidencia, el Castillo de Chapultepec, que era la residencia oficial de los presidentes fue transformado en museo y anunció que viviría en una propiedad federal que se encontraba en el bosque de Chapultepec llamada La Hormiga, a la que mandó cambiar el nombre por Los Pinos, en honor a una quinta en Michoacán, donde Cárdenas había pedido en matrimonio a su única esposa.



Una vez liberado de la tutela de Calles, Lázaro Cárdenas hizo desaparecer los latifundios, cancelando las propiedades de tierra de las haciendas y concediendo los terrenos a los campesinos que trabajaban en ellas.
Si bien la medida provocó hambrunas en ciertos estados de la república, terminaría por transformar la economía todavía porfirista de México, en una economía incipientemente capitalista.


martes, 9 de marzo de 2010

http://www.cnc.org.mx/ CNC

Confederación Campesina Mexicana

Organización agraria mexicana fundada el 31 de mayo de 1933 en San Luis Potosí. Promovida por los dirigentes de la Liga Nacional Agraria Graciano Sánchez y León García junto con Enrique Flores Magón, participando las ligas agrarias de Chihuahua, Michoacán, San Luis Potosí, Tamaulipas, Tlaxcala y estado de México, en favor de repartir los latifundios e impulsar el ejido apoyó la candidatura de Lázaro Cárdenas la presidencia de la república y con éste en el poder aceptó su invitación para formar parte del comité organizador de la unificación campesina que bajo la tutela del Partido Nacional Revolucionario y del mismo gobierno impulsó la formación de las ligas de comunidades agrarias y sindicatos de trabajadores del campo que pasarían a integrar el sector campesino del Partido de la Revolución Mexicana y posteriormente fundarían la CNC; en el curso de estos hechos impulsó la política del presidente Cárdenas de separar las organizaciones de los trabajadores del campo y los de la ciudad, por lo cual combatió los intentos de la CTM de formar sindicatos en el agro.

Tratados de Bucareli




El Tratado de Bucareli, firmado en 1923, fue un acuerdo entre los países de México y Estados Unidos. Oficialmente, fue llamado"Convención Especial de Reclamaciones" por pérdidas sufridas por ciudadanos o sociedades de los Estados Unidos de América por causas de las guerras de la Revolución Mexicana.

El tratado buscaba canalizar las exigencias de ciudadanos estadounidenses por presuntos daños causados a sus bienes por guerras internas (Revolución Mexicana) durante el período comprendido entre 1910 y 1921. Las pláticas tuvieron por sede a la ciudad de México y se llevaron a cabo en un edificio del gobierno federal ubicado en la calle de Bucareli no. 85. Las negociaciones se iniciaron el 15 de mayo de 1923 y terminaron el 13 de agosto del mismo año. El Tratado de Bucareli fue cancelado poco tiempo después por el Presidente Plutarco Elías Calles.

El marco nacional dentro del cual el tratado fue firmado se caracterizó por la inestabilidad política y las constante asonadas militares. Uno de los orígenes de la relativa debilidad del gobierno de Álvaro Obregón provenía del hecho de que los Estados Unidos no habían reconocido su régimen post-revolucionario. La Constitución de 1917, con una marcada influencia socialista y nacionalista había perjudicado a muchos intereses estadounidenses, por lo cual el presidente de áquel país se negaba a reconocer como legítimo al presidente Álvaro Obregón, y además exigía la derogación de varios artículos o al menos que no fuesen retroactivos. Para Obregón, el reconocimiento de su gobierno por el país del norte era un asunto prioritario porque así evitaba la constante amenaza de un conflicto armado con dicho país y le restaba fuerza a sus enemigos internos, quienes también buscaban el apoyo de los estadounidenses.

Dada la devastación y desorden causados durante las guerras civiles o revolucionarias, Obregón consideraba que eran necesarias las inversiones extranjeras para reconstruir la economía del país. Por su parte, Estados Unidos condicionaba el reconocimiento a Obregón como presidente legítimo al establecimiento de un tratado entre los dos países, en el cual México garantizaría los derechos de propiedad de los estadounidenses radicados en México y de sus compañías petroleras en territorio mexicano. El problema del petróleo se deriva del artículo 27 de la Constitución Mexicana, que volvió a retomar una antigua ley novohispana donde se establece que todo lo que esté en tierras mexicanas es propiedad del Gobierno Federal. El lenguaje del artículo 27 trataba la posesión del petróleo de Estados Unidos y las compañías petroleras de Europa, especialmente si el artículo fuera aplicado retroactivamente.

Tres fueron las condiciones que exigieron al gobierno mexicano: a. Especificar en el contenido del artículo 27 constitucional la situación legal en la que quedarían la industria petrolera y las propiedades agrícolas de los extranjeros; b. reanudar el pago de la deuda externa, suspendida durante el gobierno de Venustiano Carranza Garza; c. pagar las compensaciones a los extranjeros, que por daños a sus personas o propiedades hayan sufrido durante la lucha revolucionaria.

La Suprema Corte de Justicia concedió y determinó que el artículo 27 no sería retroactivo en la parte correspondiente a la industria petrolera. Con relación a la reanudación del pago de la deuda externa, Obregón intentó obtener fondos mediante los impuestos del petróleo pero las empresas petroleras se opusieron a tal aumento, deteniendo la producción y obligando así al gobierno, a derogar dicho impuesto.

Cuando Plutarco Elías Calles asumió la presidencia en diciembre de 1924, uno de los principales puntos de discordia entre Estados Unidos y México todavía era el petróleo. Calles rápidamente rechazó el Tratado de Bucareli de 1923 y comenzó a redactar una nueva ley sobre el petróleo que cumpliera estrictamente y con apego al artículo 27 de la Constitución.La reacción del gobierno de Estados Unidos ante la intención de Calles de hacer aplicar el artículo 27, fue inmediata. El embajador estadounidense en México, James Rockwell Sheffield llamó a Calles "comunista", y el Secretario de Estado Frank Billings Kellogg emitió una amenaza contra México el 12 de junio de 1925.Calles nunca se consideró asimismo como comunista, pero consideraba la revolución como una forma de gobernar más que una posición ideológica.

La opinión pública en los Estados Unidos se tornó en contra de la política mexicana cuando la primera embajada de la Unión Soviética, nunca antes establecida, se instauró en México; ocasión en la que el embajador de dicha dependencia señaló que "ningún país muestra más similitudes que la Unión Soviética y México". Después de esto, algunos miembros del gobierno de Estados Unidos, comenzando por Sheffield, consideraron que México era el segundo país bolchevique en la Tierra; y comenzaron a referirse a él como "Soviet México".

El debate sobre la nueva ley de petróleo ocurrió en 1925, con los intereses de Estados Unidos opuestos a todas las iniciativas. En 1926, la nueva ley fue promulgada. En enero de 1927 el gobierno de Calles canceló los permisos de las compañías petroleras que no cumplieran y respetaran la ley. México consiguió evitar la guerra a través de una serie de maniobras diplomáticas. Poco después, una línea telefónica directa fue establecida entre Calles y el presidente Calvin Coolidge, y el embajador estadounidense en México, James Sheffield, fue remplazado por Dwight Morrow. Finalmente, el el 18 de marzo de 1938 el Presidente Lázaro Cárdenas del Río decretó la nacionalización del petróleo en México, creando PEMEX.

El Tratado de Bucareli fue firmado por Álvaro Obregón el 13 de agosto de 1923 con el que se llegó, esencialmente, a los siguientes acuerdos:

Las propiedades agrícolas expropiadas a estadounidenses se pagarían con bonos, si no eran mayores a 1755 hectáreas.
Las propiedades que rebasaran dicha extensión, el pago sería de inmediato y al contado.
Se integraría una comisión que se encargaría de revisar las reclamaciones pendientes a partir de 1868; las reclamaciones originadas por la Revolución se resolverían aparte.
Con relación al petróleo, el art. 27 no era retroactivo para los norteamericanos que habían adquiridos sus concesiones antes de 1917, lo que les permitía seguir explotando libremente el hidrocarburo.
Las indemizaciones o reclamaciones debieron ser submitidas durante un período de dos años y éstas debieron ser procesadas durante cinco años a partir de la firma del tratado. Sin embargo, el Trato de Bucareli careció de validez legal porque no estuvo sujeto a la aprobación de los Congresos de los dos países firmantes, quedando en un "acuerdo de caballeros", que comprometía únicamente a Obregón pero no a su sucesores, sin embargo, el gobierno de Obregón fue reconocido por el gobierno de Estados Unidos.Se desconoce la cantidad de dinero pagada a estadounidenses durante el período presidencial de Obregón.

Por su parte, el ex-presidente Adolfo de la Huerta, quien figuraba en el gabinete obregonista como Secretario de Hacienda, consideró que el tratado violaba la soberanía nacional y sometía a México a "condiciones humillantes". De la Huerta acusó a Obregón de traición a la patria, mientras que él, a su vez, fue acusado de incompetencia en el desempeño de su cargo y se le hizo responsable de la terrible situación de las finanzas. De la Huerta renunció a su cargo y se trasladó a Veracruz, desde donde lanzó un manifiesto que desató la rebelión delahuertista en diciembre de 1923.

Una leyenda urbana común en México cuenta que el Tratado de Bucareli prohibió a México de producir maquinaria especializada (motores, aviones, etc.) o maquinaria de precisión, por lo que supuestamente, México no ha salido aún del atraso que dicho tratado le causó. El hecho es que durante el período entre 1910 y 1930, las guerras civiles y los múltiples golpes militares y rebeliones internas devastaron a las industrias en México y frenaron la educación superior, asi como la investigacion y desarrollo tecnológico, mientras que la inestabilidad social y política ahuyentaron las inversiones extranjeras. El texto completo del Tratado de Bucareli, incluído en la siguiente sección, comprueba la inexistencia de prohibiciones de technología o nada similar.

El texto del tratado fue publicado en el Diario Oficial de la Federación (México) del 26 de febrero de 1924:


Ciudad de México, 10 de septiembre de 1923 ESTADOS UNIDOS DE AMÉRICA "CONVENCIÓN ESPECIAL DE RECLAMACIONES" Aprobada por el Senado, el 27 de diciembre de 1923. El canje de los instrumentos de ratificación se efectuó, el 19 de febrero de 1924.

Los Estados Unidos Mexicanos y los Estados Unidos de América, deseosos de arreglar y ajustar amigablemente las reclamaciones provenientes de pérdidas o daños sufridos por ciudadanos americanos por actos revolucionarios dentro del período comprendido del 20 de noviembre de 1910 al 31 de mayo de 1920, inclusive, han resuelto celebrar una Convención con el fin, y al efecto han nombrado como sus plenipotenciarios a Alfredo J. Pani, secretario del Estado y del Despacho de Relaciones exteriores. Y por parte de los EE.UU: a George T. Summerlin, encargado de negocios ad-ínterim de los estados Unidos de América en México.

Quienes, después de haberse comunicado mutuamente sus respectivos plenos poderes encontrándolos en buena y debida forma han convenido en los artículos siguientes:

Articulo I Todas las reclamaciones en contra de México hechas por ciudadanos de los Estados Unidos, ya sean corporaciones, compañías, asociaciones, sociedades o individuos particulares, por pérdidas o daños sufridos en sus personas o en sus propiedades durante las revoluciones y disturbios que existieron en México durante el periodo comprendido del 20 de noviembre de 1910 al 31 de mayo de 1920, inclusive, incluyendo pérdidas o daños sufridos por ciudadanos de los Estados Unidos en virtud de pérdidas o daños sufridos por cualquier corporación, compañía, asociación o sociedad en las que los ciudadanos de los Estados Unidos tengan o hayan tenido un interés sustancial y bonifique, siempre que el reclamante americano presente a la Comisión que más adelante se menciona, una asignación hecha al mismo reclamante por la corporación, compañía, asociación o sociedad, de su parte proporcional de la pérdida o daño, y las cuales reclamaciones hayan sido presentadas a los Estados Unidos para su interposición con México, así como cualesquiera otras reclamaciones semejantes que puedan ser presentadas dentro del plazo especificado más adelante, serán sometidas a una Comisión integrada por tres miembros. Dicha Comisión quedará constituida como sigue:

un miembro será nombrado por el Presidente de los Estados Unidos Mexicanos; otro por el Presidente de los Estados Unidos: y el tercero, quien presidirá la Comisión será escogido por acuerdo mutuo de los dos Gobiernos. Si los dos Gobiernos no se pusieren de acuerdo en la designación de dicho tercer miembro dentro del los meses siguientes al canje de ratificaciones de esta Convención, éste será entonces designado por el Presidente del Consejo Administrativo Permanente de la Corte Permanente de Arbitraje de Conflictos Internacionales celebrada en La Haya, en Octubre 18 de 1907, En caso del fallecimiento, ausencia o incapacidad de cualquier miembro de la Comisión, o en caso de que alguno de ellos omita obrar como tal o cese de hacerlo, se empleará para llamar la vacante del mismo método que se siguió para nombrarlo.

Articulo II Los comisionados así nombrados se reunirán en la ciudad de México dentro de un plazo de seis meses después del canje de ratificaciones de esta Convención, y cada miembro de la comisión antes de comenzar sus labores, hará y subscribirá una declaración solemne de que cuidadosa e imparcialmente examinará y decidirá, según su mejor saber y de acuerdo con principios de la justicia y de la equidad, todas las reclamaciones presentadas para su fallo, y dicha declaración deberá asentarse en el registro de actas de la Comisión. El Gobierno Mexicano desea que las reclamaciones sean falladas de esa manera, porque México quiere que su responsabilidad no se fije según las reglas y principios generalmente aceptados de Derecho Internacional, sino que ex gratia que siente moralmente obligado a dar completa indemnización y conviene, por consiguiente, en que bastará que se comprueba que el daño o pérdida que se alega en cualquier caso fue sufrido y que fue ocasionado por alguna de las causas enumeradas en el Artículo III de esta Convención. La Comisión puede fijar el tiempo y lugar de sus juntas subsecuentes, según convenga, sujeta siempre a las instrucciones especiales de los gobiernos.

Artículo III Las reclamaciones que la Comisión examinará y decidirá son las surgidas durante las revoluciones y disturbios que existieron en México durante al período comprendido del 20 de noviembre de 1910 al 31 de mayo de 1920, inclusive, y que provinieron de cualquier acto de las siguientes fuerzas: Por fuerzas de un gobierno de jure o de facto.

Por fuerzas revolucionarias que hayan establecido al triunfo de su causa gobiernos de jure o de facto o por fuerzas revolucionarias contrarias a aquéllas.

Por fuerzas procedentes de disgregación de las mencionadas en el párrafo anterior, hasta el momento de establecer el Gobierno de jure emanado de una revolución determinada.

Por fuerzas federales que fueron disueltas y por motines o tumultos o fuerzas insurrectas de las mencionadas en las subdivisiones (2), (3) y (4) de este artículo, o por bandoleros, siempre que en cualquier caso se compruebe que las autoridades competentes omitieron tomar las medidas apropiadas para reprimir a los insurrectos, tumultos o bandoleros, o que los trataron con lenidad o fueron negligentes en otros respectos.

Artículo IV En general, la Comisión adoptará como norma de sus actuaciones las reglas de procedimiento establecidas por la Comisión Mixta de Reclamaciones creada por la Comisión de reclamaciones entre los Gobiernos, firmada el 4 de julio de 1868, en cuanto dichas reglas no estén en pugna con cualquiera de las disposiciones de esta Convención. La Comisión tendrá poder, sin embargo, por resolución de la mayoría de sus miembros, para establecer en sus actuaciones las otras reglas que se estimen convenientes y necesarias, que no estén en pugna con cualquiera de las disposiciones de esta Convención.

Cada Gobierno podrá nombrar y designar agentes y abogados que quedarán autorizados para presentar a la Comisión, oralmente o por escrito, todos las argumentos que consideren oportunos en pro o en contra de cualquiera reclamación.

Los agentes o abogados de cualquiera de los dos Gobiernos, podrán presentar a la Comisión cualesquiera documentos affidavits, interrogatorios o cualquier otra prueba que se desee en pro o en contra de alguna reclamación, y tendrán el derecho de examinar testigos, bajo juramento o protesta, ante la Comisión de acuerdo con las reglas de procedimiento que la Comisión adoptare. La decisión de la mayoría de los miembros de la Comisión será la decisión de la Comisión. El idioma en que se llevarán y registrarán las actuaciones será el español o el inglés.

Artículo V La Comisión llevará un registro exacto de las reclamaciones y de los casos sometidos y minutas de sus actuaciones con sus fechas respectivas. Con tal fin, cada Gobierno podrá nombrar un Secretario; estos secretarios actuarán conjuntamente como secretarios de la Comisión y estarán sujetos a sus instrucciones. Cada Gobierno podrá también nombrar y emplear los Secretarios adscritos que sean necesarios, así como los demás empleados que se consideren necesarios. La Comisión podrá, igualmente, nombrar y emplear cualesquiera otras personas necesarias para que la ayuden en el desempeño de sus deberes.

Artículo VI Como el Gobierno de México desea llegar a un arreglo equitativo de las reclamaciones de los ciudadanos de los Estados Unidos, y concederles una compensación justa y adecuada por sus pérdidas o daños, el gobierno Mexicano Conviene en que la Comisión no negará o rechazará reclamación alguna alegando la aplicación del principio general de derecho internacional, de que han de agotarse los remedios legales como condición precedente a la validez o administración de cualquiera reclamación.

Artículo VII Todas las reclamaciones serán presentadas a la Comisión dentro de los dos años contados desde la fecha de su primera junta, a menos de que en algún caso se compruebe para la tardanza, razones satisfactorias para la mayoría de los Comisionados y en cualquiera de estos casos, el período para presentar la reclamación podrá ser prorrogado hasta por un plazo que no exceda de seis meses más.

La comisión estará obligada a oír, examinar y decidir dentro de los cinco años siguientes a la fecha de su primera junta, todas las reclamaciones presentadas.

Cuatro meses después de la fecha de la primera junta de los Comisionados, y cada cuatro meses después, la Comisión habrá de rendir a cada Gobierno, un estado de las reclamaciones presentadas, de las oídas y de las decididas. La Comisión estará obligada a decidir cualquiera reclamación oída y examinada dentro de los seis meses siguientes a la terminación de la audiencia de tal reclamación y de hacer constar su fallo.

Artículo VIII Las Altas Partes Contratantes convienen en considerar como finales y concluyentes las decisiones de la Comisión que recaigan sobre cada una de las reclamaciones falladas y dar pleno efecto a tales decisiones. Convienen además en considerar el resultado de las actuaciones de la Comisión como un arreglo pleno, perfecto y final de todas y cada una de tales reclamaciones contra el Gobierno Mexicano provenientes de cualquiera de las causas enumeradas en el Artículo III de esta Convención. Y convienen, además, en que todas y cada una de tales reclamaciones, hayan sido o no presentadas o llevadas a conocimiento, hechas, propuestas o sometidas a dicha Comisión, deberán, a partir y después de la terminación de las actuaciones de la Comisión, ser consideradas y tratadas como plenamente ajustadas, excluidas y de allí en adelante inadmisibles, siempre que la reclamación presentada haya sido oída y fallada.

Artículo IX La cantidad total adjudicada a las reclamaciones será pagada en moneda de oro o su equivalente por el gobierno Mexicano al Gobierno de los Estados Unidos en Washington.

Artículo X Cada Gobierno pagará su propio Comisionado y erogará sus propios gastos. Los gastos de la Comisión, inclusive el sueldo del tercer Comisionado, se cubrirán por partes iguales por los dos Gobiernos.

Artículo XI La presente Convención será ratificada por las Altas Partes Contratantes, de acuerdo con sus respectivas Constituciones. Las ratificaciones de esta Convención serán canjeadas en la ciudad de México, tan pronto como sea practicable y la Convención empezará a surtir sus efectos en la fecha del canje de ratificaciones.

En testimonio de lo cual, los Plenipotenciarios respectivos firmaron esta Convención y fijaron en ella su sello. Hecha por duplicado en la ciudad de México el Día diez de septiembre de mil novecientos veintitrés. [L.S.] Alberto J. Pani


lunes, 8 de marzo de 2010

Critica a nietas de revolucionarios

Ante la posibilidad de que descendientes de Venustiano Carranza y Plutarco Elias Calles posen desnudas para Playboy como parte de los festejos del Bicentenario de la Independencia y Centenario de la Revolución, el subsecretario de Promoción Cívica, Sergio Reséndiz Boone, criticó estas manifestaciones.

“Vivimos en un país libre por el que lucharon nuestros revolucionarios, yo no lo comparto, pero son respetables en este país las decisiones, lo importante es mantener el régimen de libertades, pero el principal homenaje que se puede rendir a los hombres de la Independencia y la Revolución es primero hacer efectivo el régimen republicano por el que lucharon los coahuilenses y segundo un auténtico federalismo”.

Reséndiz Boone, quien organiza y promociona las celebraciones cívicas oficiales en el estado, insistió en que estas fechas históricas sería mejor recordarlas haciendo realidad sus ideales como la democracia de Madero y sobre todo la Constitución de 1917 defendida y promulgada por don Venustiano Carranza: “Hacer que los derechos sociales se hagan realidad en momentos en que la marginación y la pobreza limita la posibilidad de hacerlos efectivos”, señaló.

Cuestionado sobre si se vale o no recurrir a Playboy para mantener vivo el recuerdo de los héroes patrios, el funcionario soltó una carcajada y dijo que si “algunos que fueron revolucionarios y hoy son contrarrevolucionarios”, dando a entender que todo se vale.

Escudo de sonora

El Porfiriato


Por Porfiriato se entiende a la etapa de la historia transcurrida entre 1876 y 1911, caracterizada por el gobierno de Porfirio Díaz, que sólo se interrumpió entre 1880 y 1884 con el período presidencial de Manuel González. A partir del 1 de diciembre de 1884 Díaz gobernó ininterrumpidamente. La filosofía en que se basó el Porfiriato fue el positivismo, que predicaba el orden y la paz, pilares del gobierno porfirista, a pesar de contar con detractores, principalmente en la izquierda política. Gracias al uso del capitalismo, los ministros de Hacienda del gobierno porfirista, Manuel Dublán y José Yves Limantour pudieron lograr una avance en la economía del país.

Otra característica del Porfiriato fue que los diversos grupos políticos del país convergieron en el Gabinete de Porfirio Díaz. Durante su primer mandato, el gabinete estuvo conformado en su totalidad por los antiguos combatientes de la Revolución de Tuxtepec. Sin embargo, en su segundo período presidencial, llegaron juaristas como Matías Romero e Ignacio Mariscal; lerdistas como Romero Rubio y Joaquín Baranda, y un imperialista, Manuel Dublán. Con los gobernadores, Díaz procuró mantener estrecha relación, en especial en lo relacionado con las elecciones de las legislaturas y tribunales de justicia locales, la construcción de ferrocarriles, el combate a los yaquis, quienes llevaban más de cincuenta años atacando Sonora, y también en otros asuntos menores.

La paz que se impuso durante el gobierno de Porfirio Díaz permitió el desarrollo de la cultura y la ciencia en México, dado que desde fines del siglo XVIII la continua inestabilidad política, social y económica impidió que se impusiera un clima propicio a la ciencia y a la cultura. Sin embargo, durante el Porfiriato floreció la literatura, la pintura, la música y la escultura. Las actividades científicas fueron promovidas desde el gobierno, pues se consideraba que un avance científico del país podía conllevar cambios positivos en la estructura económica. Fue entonces cuando se fundaron institutos, bibliotecas, sociedad científicas y asociaciones culturales. De igual manera, el arte popular buscó en la cultura de México un elemento para plasmar sus composiciones y expresarse, y así se lograron muestras del arte mexicano que fueron exhibidas en el mundo entero. El positivismo logró hacer que en México hubiera un renacimiento del estudio de la historia nacional, como un elemento que afianzó a Díaz en el poder y contribuyó a la unidad nacional. En el estudio de esta rama sobresalieron Guillermo Prieto y Vicente Riva Palacio.

El historiador mexicano José López Portillo y Rojas, en su obra Elevación y caída de Porfirio Díaz, menciona que el avance nacional durante el Porfiriato también cambió la fisonomía del presidente. En abril de 1881, tres años antes de comenzar su segundo período presidencial, el general oaxaqueño contrajo matrimonio con Carmen Romero Rubio, proveniente de las familias con mayor abolengo en la alta sociedad mexicana. Hasta ese año, —según los relatos de la época—, Díaz contaba con todos los rasgos de un militar formado en los campos de batalla: tosco en su modo de tratar con la gente, brusco, con un vocabulario adecuado para hacerse valer por encima de sus soldados, acostumbrado a escupir y sin mucho respeto por las formas sociales. Sin embargo, como el mismo Díaz relató años más tarde en sus Memorias, su esposa Carmen se dedicó a formarlo dentro de la sociedad mexicana. Le enseñó el idioma inglés, y nociones de idioma francés, los modales de la alta sociedad, la forma de moverse y expresarse, el vocabulario adecuado para cada situación. Su fisonomía, como afirmó López Portillo y Rojas, en efecto, había cambiado. Del color moreno de su piel, pasó a tomar un tono más tostado. Como afirman varios testimonios de historiadores de la época, al regresar a la presidencia en 1884, Díaz ya no era Porfirio sino más bien "don Porfirio". Esta opinión la expresó el obispo oaxaqueño Eulogio Gillow a un diario de filiación católica en 1887: "Carmelita Romero Rubio fue el alma sorprendente de la evolución del general Díaz hacia una existencia refinada y una política de conciliación de tan hondas consecuencias en la vida nacional."

martes, 2 de marzo de 2010

En España, la rebelión de una parte del ejército contra el gobierno de la república provocó la Guerra Civil (1936-1939) y obligó a miles de españoles a salir de su país. Muchos de ellos fueron recibidos por México y enriquecieron la vida del país, sobre todo en el terreno de la educación, la ciencia y las artes. Para mejorar la economía de México, el gobierno impulsó la formación de industrias. Se abrió un banco para prestar dinero a los campesinos y se fundó el Instituto Politécnico Nacional para mejorar la enseñanza técnica.
Los años treinta fueron de intensa actividad cultural . En ese tiempo se crearon, entre otros organismos, el Fondo de Cultura Económica (una de las editoriales más importantes de Latinoamérica) y el Instituto Nacional de Antropología e Historia. Con la llegada de los refugiados españoles, se estableció La Casa de España en México, que después se convertiría en el Colegio de México. El Instituto Nacional de Bellas Artes y Literatura se fundarían en la década siguiente.
Un grupo de poetas y ensayistas, llamados los contemporáneos ( Salvador Novo, Xavier Villaurrutia, Carlos Pellicer y José Goroztiza, entre otros), hicieron participar a la literatura mexicana de las formas literarias más modernas, mientras otros autores escribían en un estilo realista sobre la vida y los problemas de los obreros y los indígenas. En ese tiempo, además, aparecieron muchas e importantes obras sobre la revolución y sus consecuencias, como El águila y la serpiente (1928) y La sombra del caudillo (1929), de Martín Luis Guzmán, y Ulises Criollo (1936), de José Vasconcelos .

Lázaro Cárdenas El heroe de campo





Lázaro Cárdenas llegó a la presidencia el 1º de diciembre de 1934. En su gobierno, se propuso cumplir algunas de las promesas de la revolución. El problema de los campesinos fue el que más le preocupó y durante su régimen se expropiaron grandes latifundios para repartir esa tierra entre quienes la trabajaban; se fundaron ejidos y se dedicó más dinero para atender al campo. Cárdenas se preocupó por multiplicar las escuelas, sobre todo rurales, y por impulsar la enseñanza técnica. Amplió la red de carreteras y dio facilidades para que creciera la industria nacional.

Los años treinta fueron difíciles. En 1929 se inició un empobrecimiento de la economía en todo el mundo. Europa vivía en crisi. La tensión entre los diversos países crecía día a día.