martes, 2 de marzo de 2010

En España, la rebelión de una parte del ejército contra el gobierno de la república provocó la Guerra Civil (1936-1939) y obligó a miles de españoles a salir de su país. Muchos de ellos fueron recibidos por México y enriquecieron la vida del país, sobre todo en el terreno de la educación, la ciencia y las artes. Para mejorar la economía de México, el gobierno impulsó la formación de industrias. Se abrió un banco para prestar dinero a los campesinos y se fundó el Instituto Politécnico Nacional para mejorar la enseñanza técnica.
Los años treinta fueron de intensa actividad cultural . En ese tiempo se crearon, entre otros organismos, el Fondo de Cultura Económica (una de las editoriales más importantes de Latinoamérica) y el Instituto Nacional de Antropología e Historia. Con la llegada de los refugiados españoles, se estableció La Casa de España en México, que después se convertiría en el Colegio de México. El Instituto Nacional de Bellas Artes y Literatura se fundarían en la década siguiente.
Un grupo de poetas y ensayistas, llamados los contemporáneos ( Salvador Novo, Xavier Villaurrutia, Carlos Pellicer y José Goroztiza, entre otros), hicieron participar a la literatura mexicana de las formas literarias más modernas, mientras otros autores escribían en un estilo realista sobre la vida y los problemas de los obreros y los indígenas. En ese tiempo, además, aparecieron muchas e importantes obras sobre la revolución y sus consecuencias, como El águila y la serpiente (1928) y La sombra del caudillo (1929), de Martín Luis Guzmán, y Ulises Criollo (1936), de José Vasconcelos .

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